El objetivo es hacer que sean recordados, pero a veces los
diseñadores fallan porque hacen que se queden grabados, pero por razones
equivocadas…
1. Instituto de Estudios Orientales: Se supone que este logo
representa un templo y un sol naciente. Pero las líneas del tejado hacen
un efecto de “presión” que no es lo que se trata de proyectar.
2. Comisión de Jóvenes de la Arquidiócesis de la Iglesia Católica.
Hoy este logo representa a la Iglesia Católica de una manera que no les
conviene.
3. Farmacias Kudawara: Cuando uno ve este logo en la puerta,
definitivamente no cree que va a comprar antigripales dentro del lugar.
4. KidsExchange: Esta empresa creyó que se vería “cool” no ponerle
espacios a su logo. La verdad es que da un mensaje un poco inquietante
para los infantes.
5. MegaFlicks: Lección básica para los que diseñen logos: la fuente
de las letras sí importa. Esta tienda pudo haber alojado a cientos de
compradores ansiosos de encontrar algo que ahí no vendían.
6. Centro pediátrico Arlington: Ninguna madre con 10 gramos de
sentido común dejaría a su hijo al cuidado de una clínica como ésta.
7. Clases de Jazz para principiantes: Fíjate bien en este logo, hay
mucho más que dos personitas bailando. No sé qué tipo de Jazz enseñan
ahí.
8. Oficina de Comercio Gubernamental: En primera instancia, el logo
de la OGC no tiene nada raro. Ahora intenta reclinar tu cabeza 90° hacia
la izquierda y verás una sorpresa.
9. Clínica Dental: Al parecer, en esta clínica dental tienen una
sistema de anestesia bastante revolucionario. Probablemente, con el
servicio que dan ahí, después ya no te importe que te saquen las muelas.
10. Los doctores de las computadoras: No estoy seguro de que estas personas conozcan bien las partes de las computadoras.
fuente: el confidencial
Consenso sobre Tiburón (Steven Spielberg, 1975): el joven director Steven Spielberg demostró su maestría a la hora de dosificar la intriga en un filme que inauguró la era del blockbuster veraniego. Todos de acuerdo. Ahora bien, si preguntamos ¿qué representaba el tiburón?, comenzarán las discrepancias. Resumen de la guerra ideológica sobre el significado profundo de Tiburón: Fidel Castro, uno de los mayores fans del primer taquillazo de Spielberg, cree que Tiburón
era una película marxista sobre la voracidad capitalista que devora al
estadounidense medio. Lo que oyen. Por el contrario, según algunos
críticos, el tiburón reflejaría la amenaza exterior que acecha EEUU, llámese inmigración o desastre natural.
Dos respuestas "mutuamente excluyentes", según cuenta Slavoj Zizek en Guía ideológica para pervertidos, documental en el que el célebre filósofo esloveno une fuerzas con la directora Sophie Fiennes, con la que ya rodó Manual de cine para pervertidos (2006), para explicar la ideología de taquillazos emblemáticos de Hollywood como Sonrisas y lágrimas (Robert Wise, 1965), Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976), Titanic (James Cameron, 1997) o El caballero oscuro (Christopher Nolan, 2008). Canal Plus estrenará el documental de Zizek el próximo 14 de octubre. Y
si uno tiene que disfrazarse para que la gente entienda la relación
entre Marx, Lacan y el Titanic de James Cameron, se disfrazaGuía ideológica para pervertidos es una nueva vuelta de rosca al rol de Slavoj Zizek como el Lionel Messi de la filosofía mundial,
el hombre de los regates dialécticos imposibles, el maestro del uso de
artefactos pop para explicar conceptos políticos, filosóficos y
psicoanalíticos enrevesados. Otra muestra explosiva, en definitiva, de
lo que Zizek mejor sabe hacer: convertir la divulgación filosófica y la agitación política en espectáculo. Y si uno tiene que disfrazarse para que la gente entienda la relación entre Marx, Lacan y el Titanic
de James Cameron, se disfraza. En efecto, Zizek aparece en el filme
caracterizado como los personajes de los que habla. Disertando sobre las
complejidades de la ideología en una barca a la deriva o postrado en el
camastro donde dormía Robert Niro en Taxi Driver. Erudición, humor y comentarios políticos afilados. ¿Quién da más?
Pero volvamos a Tiburón. ¿Quién tiene razón? ¿Fidel Castro o un sector de la crítica? Pues
todos y ninguno, según Zizek. "¿Cuál es la respuesta correcta? Yo creo
que ninguna de las dos pero, al mismo tiempo, ambas. Los estadounidenses
corrientes, o las gentes de cualquier país, tienen gran cantidad de
miedos. Tal vez tememos que los inmigrantes, o las personas que
percibimos como inferiores, nos ataquen o nos roben. Tememos que alguien viole a nuestros hijos. Tememos los desastres naturales; tornados, terremotos y tsunamis. Tememos a los políticos corruptos.
Tememos a las grandes compañías, que básicamente hacen con nosotros lo
que les da la gana... Pues bien, la función del tiburón sería unir todos
esos miedos para que, en cierto modo, cambiemos todos los miedos por
uno solo. De esta forma nuestra experiencia de la realidad es mucho más
sencilla", resume Zizek. Y ahora viene la analogía: ¿Qué mejor ejemplo
de sociedad que une todos sus miedos en uno que la Alemania de Hitler? O
el nazismo y su capacidad para echarle la culpa de todos los problemas
de Alemania a los judíos. Tiburón como metáfora involuntaria del ascenso del nazismo. Ahí queda eso.
Zizek utiliza el ejemplo de Tiburón para ir más allá del trasfondo ideológico del filme. Porque Guía ideológica para pervertidos es también una reflexión sobre los efectos de la ideología en la vida cotidiana
y los retos a los que se debe enfrentarse uno para superar la
estructura ideológica que sostiene la sociedad. Como si fuéramos capaces
de desvelar algunas distorsiones políticas que rodean nuestras vidas,
pero no todas, como muestra Zizek recurriendo a uno de los clásicos ocultos del Hollywood moderno: Están vivos (1988), de John Carpenter, que sirve como arranque del documental. Están vivos cuenta la historia de un hombre que encuentra unas gafas que le permiten ver la ideología que se esconde detrás de cada persona y cada objeto. La tramoya de la realidad puesta al descubierto; justo lo que Zizek intenta hacer en Guía ideológica para pervertidos. "Las gafas funcionan como unas gafas de crítica de la ideología. Permiten, por ejemplo, ver el mensaje real que se esconde tras los carteles publicitarios.
Ves un gran cartel que te promete las vacaciones de tu vida y cuando te
pones las gafas sólo lees: cásate y reprodúcete", resume el filósofo.
El
filme de Carpenter le sirve, por tanto, para describir las sutilezas de
la ideología en la era de la democracia satisfecha. Nadie nos impone
que consumamos; de hecho, nos encanta. Lo que no quita para que dicho
proceso esté tan cubierto de ideología como cualquier otro. Y que
dicha ideología sea mucho más complicada de quitarse de encima dada su
invisibilidad. "Vivimos, dicen, en una sociedad posideológica. La autoridad social no nos dirige como sujetos que deben cumplir sus deberes y sacrificarse, sino como sujetos de los placeres.
'Conoce tu verdadero potencial. Sé tú mismo. Encabeza una vida
satisfactoria'. Pero al ponerse las gafas, el protagonista del filme ve
la dictadura oculta bajo la democracia. El orden invisible que alimenta
su apariencia de libertad... El pesimismo de Ellos viven está justificado. Se trata de la ilusión definitiva. La ideología no sólo no se nos impone. La ideología es una relación espontánea con el mundo social,
cómo percibimos cada significado, etc. De algún modo, disfrutamos de
nuestra ideología... Y como muestra Carpenter en el filme, salirse de la ideología es una experiencia dolorosa".
Pero Zizek no sólo utiliza películas para desplegar sus tesis. El ejemplo más delirante del filme tiene que ver con la Novena sinfonía de Beethoven, cuyo último movimiento conocemos como la Oda a la alegría.
Zizek lo ve como el paradigma de la flexibilidad ideológica de ciertos
productos culturales. El no va más del éxito de la ideología tanto por
su descomunal aceptación popular como por su aparente ausencia de...
ideología. "¿Qué representa la famosa Oda a la alegría?", se
pregunta el filósofo. "Suele percibirse como una oda a la humanidad como
tal. A la fraternidad y a la libertad de todo el mundo. Lo que llama
la atención es la adaptabilidad universal de esta conocida melodía. La pueden utilizar movimientos políticos completamente opuestos", asegura Zizek antes de proceder a enumerar la lista de amigos entrañables de la melodía de Beethoven. Atentos:
"En la Alemania nazi la Oda a la alegría se utilizaba para celebrar grandes acontecimientos públicos. En la Unión Soviética se idolatraba a Beethoven y se tomaba la Oda a la alegría casi como una canción comunista. En China, durante la gran revolución cultural, cuando se prohibió casi toda la música occidental, la Novena sinfonía sí se aceptaba: se permitía tocarla como música burguesa progresiva. La extrema derecha de Rodesia del Sur, antes de convertirse en Zimbabue, la utilizó para celebrar la demora del fin del apartheid. En el extremo contrario, Abimael Guzmán,
líder de Sendero Luminoso, la guerrilla peruana de extrema izquierda,
contestó lo siguiente cuando un periodista le preguntó cuál era su obra
musical favorita: la Novena sinfonía de Beethoven... Incluso hoy en día la Oda a la alegría es el himno no oficial de la Unión Europea", resume Zizek. Máximo consenso, pues.
Esta
pasmosa unanimidad permite a Zizek recurrir a uno de sus puntos fuertes
como filósofo: el humor. "Podemos por tanto imaginarnos una escena
perversa de fraternidad universal en la que Osama Bin Laden abraza al presidente Bush, Saddam abraza a Fidel Castro, y todos juntos cantan la Oda a la alegría. Funciona. Y así es precisamente como tiene que funcionar toda ideología. Nunca es sólo el significado. Toda ideología tiene que funcionar como un contenedor vacío abierto a todos los significados posibles...
Aunque, por supuesto, hay un truco: que la neutralidad del marco nunca
es tan neutral como parece", concluye. Lo mejor de todo es que Zizek
dice esto vestido de esta guisa: con casaca militar de cuello Mao y en
un escenario que replica el bar de La naranja mecánica (1971) donde, como es sabido, Stanley Kubrick dinamitó de un modo extremadamente perverso el significado clásico de la obra de Beethoven.
El filósofo esloveno remata la función revisando dos de las películas más taquilleras de Hollywood en las últimas décadas: Titanic y El caballero oscuro. Un análisis sin desperdicio que resumimos con dos fogonazos para acabar: 1) "Titanic es el mayor ejemplo de ideología de la historia reciente de Hollywood". 2) "Lo verdaderamente inquietante de El caballero oscuro es que eleva la mentira a elemento principal de nuestra organización político/social.
La sociedad sólo permanecerá estable, sólo sobrevivirá, si se basa en
una mentira. Contar la verdad equivaldría a desintegrar el orden
social".
me encantó este sitio. tiene cosas interesantes para trabajar con los chicos en taller de redacción por ejemplo que redacte un texto en verso o prosa con sólo la vocal a. la profe mientras tanto puede hacer uno un poquito más difícil: sólo con la e. si se anima el profe, se tienen que animar los chicos
De
los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro.
Los demás son extensiones de su cuerpo. Pero el
libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la
imaginación.
cuando se
habla de la biblioteca de Alejandría se dice que es la memoria de la humanidad.
Eso es el libro y es algo más también, la imaginación. Porque, ¿qué es nuestro
pasado sino una serie de sueños? ¿Qué diferencia puede haber entre recordar
sueños y recordar el pasado? Esa es la función que realiza el libro.
Yo diría que
la literatura es también una forma de la alegría. Si leemos algo con
dificultad, el autor ha fracasado. Por eso considero que un escritor como Joyce
ha fracasado esencialmente, porque su obra requiere un esfuerzo.
Un libro no debe
requerir un esfuerzo, la felicidad no debe requerir un esfuerzo. Debemos
leer únicamente lo que nos agrada, un libro tiene que ser una forma de
felicidad.
Y creo que
una forma de felicidad es la lectura; otra forma de felicidad menor es la
creación poética, o lo que llamamos creación, que es una mezcla de olvido y
recuerdo de lo que hemos leído.
Yo
sigo jugando a no ser ciego, yo sigo comprando libros.
Si leemos un
libro antiguo es como si leyéramos todo el tiempo que ha transcurrido desde el
día en que fue escrito y nosotros. Por eso conviene mantener el culto del
libro. El libro puede estar lleno de erratas, podemos no estar de acuerdo con
las opiniones del autor, pero todavía conserva algo sagrado, algo divino, no
con respeto superticioso, pero sí con el deseo de encontrar felicidad, de
encontrar sabiduría.
El 15 de abril de 1912, la mañana después del hundimiento del Titanic, el Baltimore Evening Sun
publicó un reportaje en portada que titulaba “A salvo todos los
pasajeros del Titanic”. La realidad fue que murieron en el naufragio más
de 1.500 personas. A la hora de cubrir tragedias, la
prensa ha cometido numerosos errores de este tipo a lo largo de la
historia. Y los seguirá cometiendo. En ocasiones, el medio reconoce el
error. En otras, no; y pasan a convertirse en informaciones falsas.
Algunas, intencionadamente. La tragedia del accidente de tren en
Santiago de Compostela del pasado 24 de julio ha dejado en evidencia una
cobertura de los hechos cuanto menos cuestionable, por parte de algunos
medios. Analizamos el caso más llamativo, el del periódico ABC. La construcción del relato del “maquinista culpable” El código deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles (FAPE) incluye en su punto 5 lo siguiente:
“El periodista debe asumir el principio de que toda persona es inocente mientras no se demuestre lo contrario
y evitar al máximo las posibles consecuencias dañosas derivadas del
cumplimiento de sus deberes informativos. Tales criterios son
especialmente exigibles cuando la información verse sobre temas
sometidos al conocimiento de los Tribunales de Justicia”.
Si bien es cierto que el respeto a la
presunción de inocencia es un problema muy habitual de los medios de
comunicación, en el caso que nos ocupa, el incumplimiento de este
mandato ha sido especialmente grosero. Múltiples medios, intentando preservar
impoluta la imagen de la Alta Velocidad Española (AVE) como joya de la
Corona de la depauperada Marca España, vieron la posibilidad de volcar
toda la responsabilidad sobre el maquinista. Es importante señalar que
esto se produce en un momento en el que un consorcio de 11 empresas,
entre las que se encuentran ADIF y RENFE, opta a un contrato de 12.000
millones de euros en Brasil para la construcción de una línea de Alta
Velocidad entre Rio de Janeiro y Sao Paulo. La concesión del contrato se
falla el 19 de septiembre. El fallo humano del maquinista, que
circulaba a 190 kilómetros por hora cuando la velocidad de paso por A
Grandeira era de 80, es posible. E, incluso, pudiera ser que sí, que
fuera el único responsable de la tragedia, al margen del resto de
posibles fallos y problemas. Pero lo cierto es que no está probado, que
el maquinista no ha declarado ante el juez, que las cajas negras todavía
no han mostrado su contenido a los investigadores, que los peritos e
ingenieros no han dado un informe sobre las verdaderas causas del
accidente. Nada de esto ha importado en los
últimos días para que ciertos medios hayan condenado al maquinista
frente a la opinión pública, no sólo con datos verificados, sino incluso
con manipulaciones, falsedades y, lo que es más grave, mentiras. ABC y la foto de Facebook El diario ABC publicó una noticia
el día siguiente del accidente con una foto de la cuenta de Facebook
del maquinista, en la que se veía el velocímetro de un tren que
circulaba a 200 kilómetros por hora. Fue, sin duda, el punto clave en el
que el relato del “maquinista culpable” alcanzó su cúspide. El rotativo hacía así noticia de un
hecho de dudoso carácter informativo, con la intención de hacer
responsable al maquinista del accidente. Un tren circulando a 200 km/h
es algo muy normal. A los maquinistas de alta velocidad se les paga por
conducir a esas velocidades. De hecho, en el tramo previo al accidente,
según marca la hoja de ruta, el tren debe circular a 220 km/h. Por eso
se llama “Alta Velocidad”. El diario ignoró además un comentario de la
misma foto el maquinista que señalaba que no podía ir a más velocidad
porque si no le multaban. Falseo de un entrecomillado Lo más grave de esta noticia fue la manipulación del entrecomillado en el titular:
“Qué gozada hacer saltar el radar a la Guardia Civil. Menuda multa para RENFE”.
En realidad, el maquinista había escrito en una conversación en su cuenta de Facebook lo siguiente:
“QUE GOZADA SERIA IR EN PARALELO CON LA GUARDIA CIVIL Y PASARLESHACIENDO SALTAR EL RADAR JEJE MENUDA MULTA PARA RENFE JEJE”.
Un entrecomillado debe recoger
literalmente lo dicho por el maquinista y no se puede hacer ninguna
modificación que cambie el significado y la intención del declarante. El
hecho de cambiar el tiempo verbal del condicional al presente es
sintomático de la intencionalidad que se buscaba en el titular.
Convertir algo que jamás se produjo en un hecho. Insinuar la
culpabilidad del maquinista por un hecho pasado independiente y sin
relación con la tragedia. El periodista David Randall, en su manual sobre periodismo El periodista Universal, dice al respecto de las citas entrecomilladas:
“Dos pequeñas marcas en los
extremos opuestos de una serie de palabras indican que lo que hay entre
ellas es una reproducción literal de lo que se dijo. No una versión
editada, una exposición pasada a limpio o resumida. Tampoco lo que
alguien quiso decir, o habría dicho si hubiera sido suficientemente
culto como para emplear frases gramaticales correctas. Se trata de una
reproducción exacta, palabra por palabra y sílaba por sílaba, de lo
dicho”.
El Manual de estilo deEl País recoge:
“Las comillas deben emplearse sólo para encerrar frases reproducidas textualmente”.
El de La Voz de Galicia:
“En los textos se usarán comillas para indicar que lo que comprenden es una cita textual”.
En el caso de ABC,
no se puede concluir que se tratase de un error. La periodista que
redactó la noticia defendió su trabajo: “No hay nada manipulado. Está el
literal de la captura de una red pública”. Algo que a la luz de los
hechos es claramente falso.
Muchos otros medios recogieron la dudosa noticia de la foto del Facebook del maquinista, pero no falsearon sus declaraciones.
Además, ABC no
sólo recogió la cita falseada de Facebook. Horas después, la portada de
la edición en papel del mismo periódico -a pesar de haberlo podido
corregir- incluyó el mismo titular entrecomillado falso haciendo al
maquinista culpable de la tragedia.
La detención ordenada por el juez
Otro de los casos de
errores manifiestos en la información sobre el maquinista del Alvia
accidentado se dio en el momento de su detención.
A las 21:52 horas del 25 de julio, ABC
titulaba en su página web: “El juez ordena la detención del maquinista
del convoy siniestrado en Galicia”. El texto incidía en la orden que el
juez instructor había dado para que se detuviese al maquinista. El texto
estaba publicado casi una hora después de que el Tribunal Superior de
Justicia de Galicia (TSTG) hubiese mandado un comunicado que
posteriormente fue publicado en la web del Poder Judicial, en el que
negaba taxativamente que el juez hubiese ordenado detención alguna.
Extraña mucho que ABC
no tuviese el comunicado del TSJG que negaba la detención del
maquinista por parte del juez. El hecho es que, después, el titular y el
cuerpo de la noticia fueron modificados, incluyendo, entonces sí, que
la detención fue realizada por la Policía, no por el juez.
Pudiera parecer un error
menor, si no tenemos en cuenta que el cuerpo de policía forma parte del
Ministerio del Interior y el juez instructor no, circunstancia de unas connotaciones políticas nada desdeñables.
Las causas de un accidente de este tipo son vitales para
la construcción del relato y la historia que ayude al lector a
comprender un hecho de este tipo, tanto las inmediatas y particulares,
como las generales. El problema es que conocer las causas de un evento
de este calado suele llevar mucho tiempo, un tiempo que los medios de
comunicación no respetan. En su manual de periodismo, David Randall
incide en que no hay que tener prisas en asignar culpas.
Lamentablemente, ABC tiene experiencia en la asignación de
culpas prematuras. El 28 de noviembre de 2009, en su portada de la
edición de papel, llevaba la foto de Diego P.V. acompañado del siguiente
texto: “La mirada del asesino de una niña de tres años. Tenerife llora
la muerte de Aitana, que no superó las quemaduras y los golpes
propinados por el novio de su madre”.
Diego fue puesto en libertad a los pocos días y la autopsia reveló
que su muerte se debió a una caída accidental desde un columpio. El
diario ABC destrozó la vida de un joven por no respetar la
presunción de inocencia. Algunos creyeron que aquella portada cambiaría
el modo en que algunos medios y periodistas realizan su trabajo. El
tiempo ha demostrado que la ignominia es perenne.
El derecho a vivir, la razón de soñar…
No se puede prohibir, el creer ni el crear,
Ni la tierra excluir, ni la luna ocultar…
No se puede prohibir, ni una pizca de amor,
Ni se puede eludir que retoñe la flor…
Ni del alma el vibrar, ni del pulso el latir,
Ni la vida en su andar… No se puede prohibir.
No se puede prohibir, la elección de pensar
Ni se puede impedir, la tormenta en el mar…
No se puede prohibir, que en un vuelo interior
Un gorrión al partir, busque un cielo mejor…
No se puede prohibir, el impulso vital,
Ni la gota de miel, ni el granito de sal…
Ni las ganas sin par, ni el deseo sin fin
De reír, de llorar, no se puede prohibir.
No se puede prohibir, el color tornasol
De la tarde al morir, en la puesta de sol.
No se puede prohibir, el afán de cantar,
Ni el deber de decir lo que no hay que callar…
Sólo el hombre incapaz de entender, de sentir
Ha logrado, al final, su grandeza prohibir,
Y se niega el sabor y la simple verdad,
De vivir en amor y en total libertad…
Si tuviese el poder de poder decidir…
Dictaría una ley… ¡Es prohibido prohibir!